La estadounidense Bette Nemisth Graham nació el 23 de marzo de 1924 en Dallas (Texas). Su nombre original era Bette Clair McMurray, modificado tras su matrimonio con Warren Audrey Nesmith cuando ella tenía 19 años. Sin embargo, su matrimonio no cumplió las expectativas y en 1946, tras la II Guerra Mundial, ambos se divorciaron. Bette tenía tan solo 22 años de edad y una situación muy difícil para salir adelante: recién divorciada, con un hijo pequeño del que hacerse cargo y sin trabajo. No obstante, no se detuvo ahí y rápidamente aprendió a mecanografiar para poder así obtener un trabajo como secretaria. Sus sueños desde la infancia no pasaban por dedicarse a la mecanografía, ya que ella siempre tuvo vocación de artista, pero la necesidad le hizo tomar estos derroteros que la acabarían convirtiendo en inventora.
Bette consiguió su primer trabajo como secretaria ejecutiva en el Texas Bank & Trust en 1951. Como se trataba de una mujer muy observadora y le molestaba pensar en la cantidad de papel que se desechaba sin necesidad por los pequeños errores que día a día se producían al escribir con las nuevas máquinas de IBM, decidió buscar una solución factible. En estas circunstancias se planteó un simple razonamiento: si los artistas eran capaces de corregir sus errores cuando estaban pintando sin tener que desechar el lienzo, ¿por qué no se iba a poder hacer lo mismo en mecanografía?
Esta relación de ideas fue la clave que condujo a Bette a crear el Mistake Out (“error fuera”) posteriormente conocido como Liquid Paper. El producto, creado a base de témperas y agua en su propia cocina con una batidora, la acompañaba a su trabajo cada día. De esta manera, cada vez que cometía un error con la máquina de escribir, pasaba el líquido por encima del mismo con un pincel y rápidamente se secaba, pudiendo escribir sobre éste poco después. Sus compañeros de oficina pronto se dieron cuenta de la eficacia del producto y no tardaron en pedírselo. Ella comenzó a suministrarles pequeñas botellas etiquetadas como Mistake Out y pronto se extendió a todo el edificio. La demanda de botellitas por parte de sus compañeros y amistades provocó que su propia cocina se convirtiese en un auténtico laboratorio improvisado.
En este contexto de creciente demanda empezó la Mistake Out Company (1956) desde su casa en el norte de Dallas que contaba con la ayuda de su hijo Michael Nesmith, que posteriormente se haría famoso en la música con su grupo ‘The monkees”. Éste colaboraba junto con sus amigos con el fin de rellenar las botellas con el líquido corrector, siendo sus primeros “empleados”. Pero a pesar del duro trabajo durante horas de su tiempo libre: por la noche y durante el fin de semana, las ganancias siguieron siendo mínimas, aunque Bette no se desanimó ante las dificultades. Su historia tomó un giro cuando un día, tras no poder corregir un error en su oficina, su jefe decidió despedirla provocando que ella se dedicase plenamente a su negocio emergente.
Primeramente se dedicó a perfeccionar el fluido, teniendo ciertos obstáculos para tratar de contratar a expertos para ayudar en la producción de su Mistake Out, pero al final logró convencer a un distribuidor de suministros de oficina quien junto con un profesor de química local y un empleado de una empresa de fabricación de pintura, colaboraron en la mejora del producto. En 1958, una revista de la Oficina de Comercio describió brevemente el producto, lo que produjo la demanda de más de 500 pedidos de todo el país. La primera companía que hizo un pedido importante fue la General Electric Company que compró 400 botellas de tres colores diferentes, lo que significaba cuadriplicar la producción mensual normal.
Los años sesenta comenzaron para Bette con alguna recesión en los ingresos, teniendo varios meses de pérdidas. En 1962 tuvo lugar su matrimonio con Robert Graham, quien se unió a la empresa. Los esfuerzos de ambos lograron que se pasara de 500 a 5000 botellas en el ejercicio 1963-64 y tres años más tarde, el negocio ya llegaba al millón de dólares de beneficio por año. Al año siguiente, Bette consiguió automatizar las operaciones, contando con 19 empleados y vendiendo un millón de botellas. Pero todos estos éxitos profesionales no iban en paralelo a su relación amorosa, la cual se deterioraba cada vez más llegando a divorciarse en 1975. Ese mismo año el Liquid Paper se transladó a una oficina central internacional construída en Dallas con 200 empleados, en la fábrica eran capaces de producir 500 botellas por minuto. Con el fin de proteger el invento se solicitó una patente, naciendo así la Liquid Paper Corporation. El crecimiento continuó de forma exponencial y esto causó que se produjeran más de 25 millones de botellas en 1976, aportando unos beneficios netos de 1,5 millones de dólares y pedidos desde 31 países diferentes.
Ella consideraba que el dinero era una herramienta, no una solución a un determinado problema. Con este objetivo creó dos fundaciones con su dinero para “apoyar el bienestar de las mujeres y generar más esfuerzos en los negocios y las artes”. Esta excepcional mujer que se definió como feminista buscando su propia libertad y la de todas los demás mujeres. Fallecía en Dallas el 12 de mayo de 1980, seis meses después de vender su empresa por 47,5 millones de dólares, siendo un gran ejemplo de mujer emprendedora que destacó por su capacidad inventiva y por avanzar ante las situaciones complicadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario